sábado, 23 de septiembre de 2017

Cataluña: ¿eso que cae es agua? (II)

Segunda parte: El procés

2 Agosto. Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Tarde piscina.

Leí hace tiempo que Kafka era un tipo muy divertido. Se juntaba con los colegas y todos se tronchaban con sus historias demenciales. A mí sus bromas no me hacen gracia; al revés, lo encuentro angustioso. Por eso no he conseguido acabar ninguno de sus libros.

En cambio, esta entrada célebre en el diario de D. Franz me parece sublime. Dos días antes había escrito: Pero escribiré a pesar de todo, imprescindible, es mi lucha por la supervivencia.

En esto nos parecemos los catalanes y los pragueses: imprescindible sobrevivir. La alternativa es mucho peor.
IV. El intermedio

11) mal momento: la sentencia del Tribunal Constitucional llegó, finalmente, cuando al tripartito le quedaban apenas unos meses de legislatura. Se montaron manifestaciones multitudinarias, pero eso parecía todo. Mas ganó las elecciones, pero tuvo que gobernar en minoría. ERC recibió un triste 7% de los votos y perdió la mitad de los escaños. En ese momento, ahora ya irreconocible, los indepes eran una minoría pintoresca y no tenían prácticamente voz. El 74% de los votos fueron para partidos que querían una reforma. Pero no iba a ser. Los trenes estaban saliendo.

12) la crisis: golpeó la política catalana en dos tiempos. Primero, Zapatero le exigió a Mas recortes gravemente impopulares, como el de sanidad. El conseller Boi Ruiz, que los aplicó, se hizo muy famoso (y no para bien). Un año después de las elecciones catalanas, Zapatero le entregó a Rajoy las llaves, como en Breda.

13) les jeux sont faits: en el verano de 2012, el govern de CiU está acorralado por la crisis y los recortes. Mas ve aproximarse un desastre electoral y opta por la vía nacionalista: escenifica la falta de diálogo con Madrid proponiendo el pacto fiscal. Rajoy ya había optado por la vía nacionalista desde la tramitación del estatut. Tiene mayoría absoluta y se siente confiado. Torea las demandas de Mas porque hay crisis. Cada uno está en su carril. El procés ya puede empezar.

V. Los últimos años de Artur Mas

14) ANC y Òmnium: echaron la bola a rodar; crearon lemas, organizaron manifestaciones, le dieron al independentismo la imaginería que hasta entonces no había tenido. Hoy se habla mucho de las CUP, que entonces eran irrelevantes; en cambio, nadie se acuerda de quienes de verdad convirtieron la desafección de los catalanes en independentismo. (Por cierto, ¿quién se acuerda ahora de José Montilla? Estando por encima de toda sospecha, advirtió a España del riesgo de desafección. Naturalmente, nadie le hizo caso).
15) demagogia: en el verano de 2012, Mas está acorralado por la crisis y los casos de corrupción. La ANC y Òmnium le superan; están movilizando a la gente mientras las críticas a su gobierno son cada vez más duras. Necesita cambiar de lenguaje. De autonomía pasa a pacto fiscal, y luego a soberanía, y finalmente a independencia. En cambio, no dice nada de política social, ni de recortes, ni de sanidad. La salvación de CiU pasa por cubrir la política con la ola que ANC y Òmnium están impulsando.

16) error: en Madrid, la prensa y el partido y el gobierno confunden las cosas. Creen que Mas dirige el tsunami indepe; no saben quiénes son ANC y Òmnium, quizá unos comparsas. Pero lo cierto es que Mas va a rastras. Él nunca ha sido indepe. Sus votantes son nacionalistas sentimentales, que no han querido arriesgarse nunca. Ni Mas ni CiU han tenido nunca la capacidad de movilización que se demuestra ahora. Así nace la idea del suflé: el soberanismo se iba a desinflar.

17) faroles: de Mas, que no cuelan. Mas no tiene juego y seguramente lo sabe. Pero es su última mano: si pierde, la crisis y la corrupción acabarán con el partido. Se sube al carro de las manifestaciones del onze de setembre. Pero Madrid no se arruga; creen que es un suflé. Convoca elecciones, pero sólo conserva el gobierno en minoría, mientras ERC, más próxima a la ola soberanista, más cómoda con el nuevo lenguaje, recupera el terreno perdido. Mas sólo puede escapar hacia arriba, apostando cada vez más fuerte.

18) 9N: de nuevo, Mas sube la apuesta, pero Rajoy no tira las cartas. Se moviliza mucha gente, no todos son indepes. La movilización es impresionante. Participan 2,3 millones de personas, un poco más de la mitad del censo electoral. Pero Rajoy, la prensa de Madrid, el partido, no aflojan. Al contrario, la fiscalía presenta querella contra Mas, Ortega y Rigau.

19) soberbia: de Rajoy. Es pecado. Rajoy, la prensa de Madrid, el partido, el gobierno, todavía con mayoría absoluta, deciden ignorar el 9N. 2,3 millones de catalanes les parecen pocos; el PP había conseguido 10,8 millones en las elecciones de 2011. No fue un despiste, fue una decisión. Tal vez el mayor error de esta segunda restauración, el que acabará con el régimen del 78 (en mi opinión).

20) oportunidad: en España salen como setas. Se pudo encauzar todo el problema. De hecho, la papeleta del 9N, tímidamente, ofrecía la posibilidad de que Cataluña siguiera en España. Seguramente, todavía se podía ir al concierto a la vasca; se podía reformar la constitución; se podía formar una comisión y dejar que trabajara hasta que pasara la crisis. Se podían hacer muchas cosas, pero Rajoy decidió no hacer ninguna. No se puede escapar a la conclusión de que no tenía ninguna idea para hacer frente al problema. Como no sabía cómo resolverlo, decidió ignorarlo.

En el próximo capítulo: el agua sigue subiendo

VI. Llega el caos

(continuará)